Cuando me hicieron este encargo acepté sin pestañear, porque me gustan los retos, que son los que me hacen progresar en este oficio tan apasionante que es la sombrerería, y porque me encanta el estilo de los años 50, admiro profundamente el trabajo de Balenciaga, Givenchy y Coco Chanel. Mi clienta se sorprendió al oir que aceptaba el encargo, llevaba tiempo buscando a alguien que lo hiciese. Me dijo "mira las fotos de la película "Desayuno con diamantes", y me dices algo". Las miré con detenimiento y pensé en las dificultades que entrañaba. Primero, dar con el material adecuado, después, con la horma, y finalmente, la técnica para dar forma a sus requerimientos. "Te llamaré cuando la tenga lista para la prueba". Cuando la vió, le encantó. "Creo que se le parece..." "No, la has clavado, es justo lo que quería". Animada por los progresivos avances de mi trabajo, y pese a algún contratiempo, la terminé para la fecha acordada. Estoy muy contenta con el resultado.
Emulando a Audrey
Un lazo XL detrás como único ornamento.
El contraste entre el blanco y el negro aporta luz al rostro.
La pamela se convierte en un marco para el rostro,
los pendientes y un maquillaje acertado cobran protagonismo.
Las fotos están tomadas frente al palacio de Reparacea, a pocos metros de mi taller. Un precioso palacio de estilo barroco del siglo XVII, que sirvio de alojamiento a numerosas celebridades a lo largo de la historia, como Hemingway o Victor Hugo. Un marco de lujo. Y una modelo de lujo también, Cristina, que no dudó en venir a posar al finalizar una jornada de duro trabajo, bravo por ella!